martes, 19 de diciembre de 2006

EL RELATO

Si los medios, como escribe Giorgio Agamben, han expropiado nuestras capacidades expresivas, la apertura de un espacio de aparición de relatos colectivos tal vez permita descubrir, tras las palabras, o por las palabras, un espacio común. Lo que representa ese espacio común es lo que veo, a un nivel microtópico, desplegarse en estos días en relación al evento, según una economía de intercambio de relatos y de construcción de mitos. Ejemplo: una amiga que estuvo en NADIE SE DESPIDE EN WHITE le cuenta a otra, y a mí, lo que ella vio y nosotros no (recordemos que todas las escenas se desarrollaron simultáneamente) y de pronto agrega detalles que se me pasaron por alto (¿o los inventa? ¿y por qué no?).

Sarita congrega multitudes en La Casa del Espía, bar del complejo
Algo que hablábamos con Vivi es que la simultaneidad favorece el intercambio posterior, el boca a boca: como no podemos estar presentes en todo, necesitamos de la palabra de los otros para poder “vivirlo”. Así, el evento perdura en los relatos de quienes estuvieron; así, NADIE SE DESPIDE EN WHITE sigue desarrollándose más allá de la fecha en que se presentó.

El libro de Agamben del que hablo es Medios sin fin, Notas sobre la política. 2001. Valencia: Pre-textos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo estuve tomando cerveza ahí! ¿cuando lo hacen otra vez? hubo gente que se quedó con ganas

Anónimo dijo...

¡AGUANTE SARITA!

Marina Yuszczuk dijo...

Ah, claro, eso fue raro y lindo y un poco angustiante en los días posteriores porque gente que no fue me preguntaba cómo estuvo y, puesta a contar, era cada vez más lo que olvidaba o cambiaba o los relatos se reemplazaban a veces por las impresiones o reflexiones que me suscitaron, y así y así. Y eso, raro, que uno al contar lo que pasó también se puso a tener que lidiar con el olvido.