LAS CASAS QUE SE RAJAN
¿Cómo es esto que se agrietan las paredes de las casas de los vecinos de White? ¿Por qué se abrirán así? Algo pesado ha caído en algún punto y abrió una grieta que sobrevive como una chispa en una mecha infinita. Se bifurcó veloz y ya no se reconoce La Fisura que dio comienzo a todo. Las ramificaciones viajan al ras, hasta trepar las paredes de las casas de la calle ...
La gente las imagina vivas, con una fuerza que les viene de lejos, más allá del barrio. Una herida que, una vez metida en las casas, crece desde los zócalos hasta morir a cierta altura en la pared. Pero, ¿de dónde vienen? ¿cómo hicieron tan silencioso trabajo? Extrañados ante semejante y grosera irrupción, aprendieron a convivir. Ahora comparten la siesta con las grietas de las habitaciones, el desayuno con las de la cocina.
Las grietas viajan inasibles por donde haya hormigón, cemento, ladrillo. No esperan la noche para trabajar. Se van abriendo camino, alimentándose de la aridez y del tiempo. Se reproducen. Husmean la sequedad y lo más viejo cede, sin más.
La gente las imagina vivas, con una fuerza que les viene de lejos, más allá del barrio. Una herida que, una vez metida en las casas, crece desde los zócalos hasta morir a cierta altura en la pared. Pero, ¿de dónde vienen? ¿cómo hicieron tan silencioso trabajo? Extrañados ante semejante y grosera irrupción, aprendieron a convivir. Ahora comparten la siesta con las grietas de las habitaciones, el desayuno con las de la cocina.
Las grietas viajan inasibles por donde haya hormigón, cemento, ladrillo. No esperan la noche para trabajar. Se van abriendo camino, alimentándose de la aridez y del tiempo. Se reproducen. Husmean la sequedad y lo más viejo cede, sin más.
Foto de Cristian Peralta
Están volviendo- conceden los viejos vecinos, reunidos en la vereda, movidos por lo que parece una novedad para algunos, un mal sueño para otros y un problema general.
¿Las trae el fondo del mar? ¿El suelo arcilloso? Algunos, a viva voz, lo atribuyen a algún espíritu maligno que anda rondando las calles, otros profetizan que se trata de un mal augurio, una señal de lo que vendrá. Exaltados, metafísicos y materialistas, acusan a los políticos de turno.
Pero alguno recordó cuando se empezaron a levantar, hace veinte años atrás, las moles de cemento y acero en el puerto. Señaló la coincidencia de la edificación de aquella ciudadela de ruido y luces, tan cercana, con el surgimiento de estas grietas y todos callaron por un momento, ante semejante claridad.
Sucede que para instalar los silos de cemento, los muelles de las transnacionales, sus cañerías y conductos, los enormes cubos negros de la Termo fue necesario bombear las napas subterráneas para lograr un terreno sin rasgos de humedad.
Entonces, uno de los apocalípticos, trajo al presente el trabajo de extracción que había estado haciendo aquella draga holandesa en estas costas, para lograr un calado más profundo. Y otro se hizo escuchar arengando contra la tecnología soviética y la instalación de la termoeléctrica.
¿Serán estas fisuras las líneas del progreso? ¿Vendrán de más lejos, más allá del mar? ¿Existirán estas rajaduras en Europa o en la vieja Rusia? Mal de la globalización, algunos se consuelan con la idea de compartir algo con el resto del mundo, aunque la casa se le venga abajo.
Se está haciendo tarde y la reunión espontánea se va disgregando. Mañana volverán a juntarse. Mientras tanto, a medida que la noche avanza, las luces del puerto se dilatan y los ruidos crecen en intensidad.
¿Las trae el fondo del mar? ¿El suelo arcilloso? Algunos, a viva voz, lo atribuyen a algún espíritu maligno que anda rondando las calles, otros profetizan que se trata de un mal augurio, una señal de lo que vendrá. Exaltados, metafísicos y materialistas, acusan a los políticos de turno.
Pero alguno recordó cuando se empezaron a levantar, hace veinte años atrás, las moles de cemento y acero en el puerto. Señaló la coincidencia de la edificación de aquella ciudadela de ruido y luces, tan cercana, con el surgimiento de estas grietas y todos callaron por un momento, ante semejante claridad.
Sucede que para instalar los silos de cemento, los muelles de las transnacionales, sus cañerías y conductos, los enormes cubos negros de la Termo fue necesario bombear las napas subterráneas para lograr un terreno sin rasgos de humedad.
Entonces, uno de los apocalípticos, trajo al presente el trabajo de extracción que había estado haciendo aquella draga holandesa en estas costas, para lograr un calado más profundo. Y otro se hizo escuchar arengando contra la tecnología soviética y la instalación de la termoeléctrica.
¿Serán estas fisuras las líneas del progreso? ¿Vendrán de más lejos, más allá del mar? ¿Existirán estas rajaduras en Europa o en la vieja Rusia? Mal de la globalización, algunos se consuelan con la idea de compartir algo con el resto del mundo, aunque la casa se le venga abajo.
Se está haciendo tarde y la reunión espontánea se va disgregando. Mañana volverán a juntarse. Mientras tanto, a medida que la noche avanza, las luces del puerto se dilatan y los ruidos crecen en intensidad.
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