GALPÓN WHITE (visita domingo 23 de marzo de 2008)
Pedro Caballero hace la visita. Él mismo, durante la semana, seleccionó las herramientas para el carrito azul. Herramientas grandes y pequeñas, herramientas inglesas del ferrocarril inglés, herramientas made in güite, como le gusta decir a Pedro, hechas a medida en los talleres de White, en las que se perciben los golpes de maza, el trabajo artesanal del metal. Herramientas de todos los tamaños, para todas las funciones. Demasiadas herramientas.
- Pedro, vamos a tener que achicar el lote de herramientas
- ¿te parece?
- Y... con esto que tenemos la visita va durar cuatro horas... con suerte
Achicamos el lote, nos quedamos con ocho herramientas. La estrella es la llave que ajustaba la Bola Universal. Qué era la Bola Universal, qué función cumplía, todo lo explica Pedro con claridad meridiana. Todo menos el nombre. “Vaya uno a saber por qué le pusieron Bola Universal, era una tuerca... pero a uno le decían andá a ajustar la Bola Universal, y uno ahí iba, con esta llave”. Hay una llave que pesa, fácil, 20 kilos. Con Pedro pedimos un voluntario para levantarla, después pasa de mano en mano; vuelve rápido al carrito. La pregunta, entonces, es ¿y usaban esto, entre cuántos, cómo hacían? Después la presentación deriva a los usos non sanctos que se les daba a los petardos de emergencias (que contenían pólvora), previstos para, en caso de accidente, ser colocados en la vía a cierta distancia de modo que si se acercaba un tren, la explosión alertara al maquinista. Pero también admitían otros usos, menos urgentes, más festivos (según la extraña concepción de festejo que se manejaba en los talleres) como la voladura de sartenes cuando se arrojaba un petardo al fuego donde se preparaban unos bifes, y diversiones así.
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