jueves, 4 de enero de 2007

OSVALDO CECI: QUÉ SIGNIFICA ACTUAR (texto de Ana)

Osvaldo Ceci no faltó a ningún ensayo. Y cada vez que hablaba, su voz potente resonaba en todo el museo. No sólo en los ensayos, durante Nadie se despide..., entre la sirena de los bomberos, la bocina de locomotora, los aplausos que venían de un lado u otro, y el público que iba y venía, el relato de Osvaldo se escuchaba en todo el taller.

El era el jefe, en el galpón. Por eso, cuando vió a sus compañeros de cartel dijo:
“ah, casi podemos armar un turno”.
Osvaldo no se queda atrás a la hora de contar anécdotas:

“Resulta que a todos no los conocés, viste, mando dos de aguateros, para dar 24 mil litros de agua... el que esta arriba abre la puertita, pone la manga, y le dice al otro: que, que, abrí el grifo, que, que ya está... Y el otro de abajo le dice: que, que no me hagas burla, que, que es una enfermedad lo que tengo, entonces el otro de arriba le dice: que, que entonces estamos los dos enfermos. Claro, ¡eran los dos tartamudos!”
.

Osvaldo Ceci al medio, con chomba verde, llave descomunal y actitud ferroviaria (otro día explico por qué los Fab Four del riel terminaron siendo seis)

Escucha los elogios a su rectitud, solidaridad y coherencia, y cuando Mario Mendiondo cuenta que una vez, uno al que le decían el mejicano, lo provocó tanto a Ceci que terminaron los dos a las trompadas en el abanico, “se cagaron a trompadas, pero una paliza, porque caían los dos, eh, dos guapos, eran”; y, que él, el capataz, terminó, y siguió su trabajo como si nada y que si hubiera informado, lo echaban a este mejicano, Osvaldo reacciona con modestia:
había estudiado derecho romano, seguridad en el trabajo, y todo, y no podía cometer una barbaridad, pero... a veces uno se deja llevar por los nervios.
Cuando le pedimos que hable sobre la ley 11.544, se pone de pie, avanza hacia el público, y muestra el libro negro de tapas duras, y cuando llega la hora de las huelgas del 58 y el 61, saca una hoja que en su casa ha preparado cuidadosamente con los nombres de los compañeros y las motivaciones de esas huelgas, y se enfervoriza hablando de la situación de los ferrocarriles privatizados, y de lo bien que podrían funcionar en la Argentina si existiera la voluntad política de que así sea.


Marcha en apoyo a la huelga ferroviaria, La Nueva Provincia, 3 de diciembre de 1958

Volantes, boletines, carpetas con cartas de reclamo: Osvaldo ha hablado en debates públicos, en asambleas sindicales y actos políticos; ha formado parte de comisiones vecinales muchas veces, y sabe manejar perfectamente los tiempos de la oratoria, los énfasis y las pausas; sabe también que toda ocasión, incluso una “obra de teatro”, un “documental en vivo” tiene que servir para decir la verdad. El 16, un rato antes de empezar, nos hizo llegar un volante en el que, en una carta abierta que escribe en adhesión a la lucha contra las papeleras analiza la situación de White después de los escapes de cloro y amoníaco de 2000 y 2001, y que termina diciendo:

Aún no está escrito que no se pueda ganar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Marcelo los quiero felicitar por el proyecto, lamentablemente no pude ir a White el 16, pero si leí la nota en el diario y también sabia del trabajo que estaban haciendo por Raúl Lázaro.

En donde tenga un ratito me voy a conocer Ferrowhite.

Un abrazo.

Pierino.

Anónimo dijo...

Gracias, Pierino!!!! Fue una experiencia increíble. Esperemos que se pueda sostener en el tiempo.
Abrazo