martes, 27 de octubre de 2009

TEATRO ENTRE UNA MAREA Y OTRA


Aunque Marcelo Bustos trabaja en un pesquero, los últimos meses los pasó en tierra. Y no en razón de esta obra, sino porque durante su último viaje el cabo suelto de una red de arrastre casi le arranca un dedo que ahora cuesta volver a mover. La chance de ver a Marcelo contar su trabajo en escena deriva de esa circunstancia laboral límite que puede llegar a resultar, sin embargo, algo que se espera.

“Cuando alguien se accidenta en el barco, y eso pasa por marea más de una vez, nos ponemos todos mal, pero también un poco contentos, porque el capitán tiene que arrimarse a la costa para que venga prefectura y se lleve al herido. Entonces sabemos que por un rato los celulares vuelven a tener señal y podemos llamar a casa...”

Cada temporada en alta mar dura lo que la tripulación de 50 operarios tarda en llenar a tope las bodegas glaciales del buque. Si todo va bien, la marea no pasa de los dos meses. ¿Cuánto tiempo se mantendrá esta obra en cartel? Lo que la ART tarde en reconocer el tratamiento que a Marcelo le corresponde, lo que dure el dolor en el pulgar de su mano izquierda, lo que alcance la plata que pudo juntar hasta acá.

“…y puede que cuando suene el teléfono, todos se asusten en casa. Porque saben que si llamás pasó algo, lo que no saben es si te pasó a vos.”

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