jueves, 6 de diciembre de 2007

MUSEO PERSONAL PEDRO MARTO

Los objetos que componen el Museo Personal Pedro Marto no son buscados por ningún coleccionista, no cotizan en el mercado de antigüedades, ni despiertan el interés particular de ningún experto. Son, se podría decir, objetos comunes, similares a los que cualquiera puede encontrar en su casa. Sin embargo componen un museo distinto a todos los demás.


Hay miles de moños de mozo, pero sólo el de Pedro Marto estuvo frente a Frondizi, Guido y Eisenhower. Hay miles de cuchillos de estibador, pero sólo el de Pedro Marto fue testigo de las hazañas del Caballo Ramos y de la huelga portuaria del ‘66.

Por eso, aunque ya no tienen un valor o un uso determinado, los objetos de este museo cumplen una última e imprevista función. Cada fin de semana, Pedro levanta el cubo de vidrio que protege sus cosas para dar comienzo a Marto Concejal, la obra en la que cuenta su vida.

En el pañuelo bataraz que transforma al estibador en una especie de héroe enmascarado, o en cierto libro que a fuerza de voluntad se salvó del fuego, toda una vida se hace presente, y con ella la historia argentina de los últimos años. Los objetos del Museo Personal Pedro Marto abren una escena y se transforman en teatro.